LA COMPAÑÍA PEQUEÑO SASTRE PRESENTA “¡VAYA TELA!”
DIA: SÁBADO 1 DE AGOSTO
HORA: A LAS 20:00
LUGAR: PLAZA DE LA IGLESIA DE
SEQUEROS
PÚBLICO: TODOS LOS PÚBLICOS
Se trata de
una adaptación de Pedro Yde del conocidisimo cuento, "el traje nuevo del
emperador" del famoso escritor danés, Hans Christian Andersen. La música
es una adaptación de varios temas renacentistas de compositores anónimos. No
obstante, algunos temas son bastante conocidos en ciertos círculos. La
constelación orquestal consiste en guitarra clásica, 2 flautas dulces y
percusión. Las voces cantadas son: tenor
(en directo) y, más esporadicamente, bajo y barítono.
"Había
una vez un emperador que de tal modo apreciaba los trajes nuevos y hermosos que
gastaba todo su dinero en adornarse. No se interesaba por sus soldados. No se
interesaba por las comedias. No se interesaba por pasearse por el bosque como
no fuera para lucir sus trajes nuevos. Tenía un traje para cada hora del día y
de la misma forma que se dice de un rey que se encuentra en su consejo, de éste
emperador siempre se decía: ¡el emperador se encuentra en su ropero!"
Un día llegan
dos forasteros a la gran ciudad que dicen ser tejedores, capaces de tejer una
tela, no solamente de una insuperable belleza sino que también posee una
increíble cualidad: se convierte en invisible para todo aquel que sea
rematadamente tonto o inútil en su cargo. El emperador les encarga un traje de
esa maravillosa tela para que lo lleve en el día de la Gran Procesión y les da
todo lo que necesiten: el oro más puro y la seda más fina.
Sobre la
marcha, quiere ver la tela pero, evidentemente, no se fía de sí mismo y envía a
sus dos cuerdos y honestos altos cargos: el ministro y la directora general. Su
sopresa es mayúscula al ver el telar aparentemente vacío, pero tienen muy claro
que nadie debe saber que no ven la tela. Al final, el mismísimo emperador
quiere ver la tela y su sorpresa, al ver el telar, es aún más grande. Su enfado
también, pero logra calmarse y asegurarse de que los demás no encontrarán su
punto débil.
Llega el día
de la Gran Procesión y el emperador es vestido con su traje nuevo y mágico.
Durante la Procesión, los ciudadanos elogian el traje, comentando todas sus
cualidades. Pero de repente un niño grita: "pero si no lleva nada",
causando gran tumulto entre los ciudadanos que poco a poco se van apuntando a
la tesis del niño. El emperador les echa una tremenda bronca a los ciudadanos:
"¿No veis el traje? ¿Ah, no? Pues, entonces sois rematadamente tontos
todos y unos inútiles en vuestro trabajo. Lo tendré en cuenta."
continuando la Procesión con aún más arrogancia que antes.
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